miércoles, 13 de octubre de 2010

Emprendedoras

En Gestión del conocimiento hemos estado discutiendo últimamente sobre este asunto de las emprendedoras, si hay que distinguir o si no. Yo creo sinceramente que no hay que distinguir absolutamente entre nadie. Si somo iguales, seamos iguales. Resulta obvio que mujeres y hombres no son iguales del mismo, a pesar de eso o, mejor aún, gracias a eso no habría que distinguir entre emprendedores y emprendedoras. El otro día me encontré en la televisión con una entrevista a la rectora de la UEM Águeda Benito. En la entrevista se le pregunta por las leyes de paridad que se han promulgado últimamente y si está a favor de impulsarla en la UEM. Ella contesta que no, que lo que valora es que la contratación de mujeres se realiza por logros profesionales y no por temas de cupo. En consonancia con la rectora, no veo por qué se debe favorecer a las emprendedoras, ya que favorecer a un grupo, en este caso a las emprendedoras, es lo mismo que perjudicar a otro, los emprendedores en este caso.
Mi opinión en este tema reconozco que no es el adecuado políticamente, que lo "correcto" es favorecer a la mujer pero me opongo a esto precisamente porque valoro a la mujer y beneficiarla no es más que degradarla, que decirle "como no puedes, te ayudo" cuando realmente si que pueden y no necesitan la ayuda de nadie. Para valorar a la mujer lo primero es que compita en IGUALDAD de condiciones con el hombre, porque, efectivamente, somos iguales y diferentes y por eso debemos de competir del mismo modo, con las distintas armas de las que disponemos. Todo lo demás, es impedir a la mujer hacerse valer por sí misma y perpetuar comportamientos machistas.

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